"Con eso basta. Estamos mirando la misma luna del mismo mundo. Estamos ligados a la realidad por la misma línea. Seguro. Sólo tengo que ir tirando de ella en silencio."

(Sputnik, mi amor - Haruki Murakami)


sábado, 6 de febrero de 2010

Mil soles espléndidos


Nana le había dicho: -Como la aguja de una brújula apunta siempre al norte, así el dedo acusador de un hombre encuentra siempre a una mujer. Siempre. Recuérdalo, Mariam.-


Nana le había dicho en una ocasión que cada copo de nieve era el suspiro de una mujer a la que habían ofendido en algún lugar del mundo. Que todos los suspiros subían al cielo, formaban nubes y luego se deshacían en trocitos diminutos que caían silenciosamente sobre las personas.”


Ayer terminé de leer “Mil soles espléndidos”, escrito por Khaled Hosseini. A decir verdad yo nunca hubiese leído este libro si no fuese porque me lo habían regalado. Lo conocía de haberlo visto en librerías y me daba una especie de respeto leerlo, sentía como un extraño miedo a enfadarme, a sentirme totalmente en contra de una cultura que no es la mía. No sabía absolutamente nada sobre el libro ni el autor, pero es la sensación que me inspiraba. Y en cierto modo, es lo que me ha ocurrido. Nunca antes me había enfadado tanto leyendo un libro. Tampoco había llorado tanto. De impotencia, pero también de esperanza. Donde hay hombres muy malos. Pero donde también hay hombres buenos.

Mariam y Laila. Dos mujeres que sufren. Y te recorres el libro sufriendo con ellas, desde la fácil distancia, pero como si cada golpe que ellas recibiesen supusiese un pinchazo en tu corazón.

Marian y Laila. La capacidad de sufrimiento y el poder de la amistad.

Lo terminé de leer de noche, me acosté pensando en él y me he levantado pensando en él. Otras veces, simplemente te apetece leer, terminas un libro y según lo cierras, comienzas otro. Aunque te haya gustado el primero, pero, simplemente, te apetece leer, por el placer que ello supone. Sin embargo, con este libro, es como si necesitara un tiempo de reflexión, de pensar en los personajes y en qué será ahora de ellos. En todo lo que han sufrido Marian y Laila, en si mereció la pena.

Es una historia dura, pero preciosa. Un libro lleno de penas, de golpes, de guerra, pero repleto de esperanza. Esperanza para las mujeres que sufren.


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