"Con eso basta. Estamos mirando la misma luna del mismo mundo. Estamos ligados a la realidad por la misma línea. Seguro. Sólo tengo que ir tirando de ella en silencio."

(Sputnik, mi amor - Haruki Murakami)


martes, 9 de febrero de 2010

El misterio de la cripta embrujada


“Tenía una voz metálica, algo bronca. Vi que las frases salían de su boca como pompas de las que las palabras eran sólo el revestimiento externo que, al deshacerse en sonido, dejaban al descubierto un volumen etéreo: el significado.”



Simplemente genial. Desde que leí “El asombroso viaje de Pomponio Flato”, que me encantó ya que no me había reído tanto con un libro, estaba deseando leer algún otro de Eduardo Mendoza. Hace unos días vi en una librería varios libros suyos y a pesar de que tengo un montón de libros retrasados, no me pude resistir. Elegí “El misterio de la cripta embrujada” por ser el primero de tres en el que aparece un peculiar detective como narrador-protagonista. Le hice un hueco y mereció la pena con creces. En dos mañanas me lo hube fulminado.

Un loco, un despojo, un pillo, se le puede llamar casi cualquier cosa, pero le vas cogiendo cariño oye, y con el ansia de que sus pesquisas lleguen a buen puerto se te acaban las páginas sin saber siquiera su nombre. Y ahora que le conozco un poco, intentaré no perderle la pista (en “El laberinto de las aceitunas” y “El tocador de señoras”), con la curiosidad primera de enterarme cómo narices se llama.

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