
Por otro lado, me parece muy original la manera en la que está escrito. Un conjunto de todo lo que Andrew Whittaker, su protagonista, escribe, ya sean relatos sin futuro alguno, cartas de rechazo a otros escritores (es director de una revista literaria), cartas a su ex-mujer, ¡hasta listas de la compra!; mientras su vida se va derrumbando caóticamente sin que pueda o quiera evitarlo. Y también es cierto que este gandul, de vez en cuando, te saca una media sonrisa por lo irónico que resulta en su visión de la realidad y particular desmoronamiento.
Supongo que tenía muchas expectativas puestas en este autor después de haber leído “Firmin”, y que por eso, me haya decepcionado un poco. Aunque si hay un tercer libro seguro que le daré una oportunidad.
Y es que “Firmin” me encantó. Una fábula preciosa sobre un ratoncito muy humano que empieza por comerse literalmente los libros y termina devorándolos figuradamente. Al parecer desde una pequeña editorial estadounidense, mediante el boca a boca, llegó al resto del mundo con un éxito abrumador, y no me extraña. Hace tiempo que leí este libro, y ya no recuerdo bien los detalles, pero sí la sensación que me dejó. Esa sensación. Sin duda merece la pena leerlo y está en la lista de aquellos libros, que, si me piden recomendación, sin duda, me vendrá a la mente.

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